10 Ejemplos De Agresividad – Diferentes Casos
La agresividad es un conjunto de conductas provocadas por un estado emocional, donde prevalece la intención de dañar a una persona, objeto u animal de manera simbólica, física, es decir mediante golpes o lesiones; o psicológica, ya sea mediante insultos o comentarios hirientes.
Según Sigmund Freud la agresividad es innata en el ser humano y se hace presente como conducta de defensa, cuando un ser humano o animal, se encuentra ante una situación de amenaza o la pérdida de algo vital.
Por otra parte, algunas teorías explican, que la agresividad se da como resultado de un aprendizaje.
Generalmente se cree que la agresividad va solo dirigida hacia otra persona, objeto o animal, sin embargo, cuando una persona es agresiva, puede de manera directa o indirecta dañarse a sí misma.
Ejemplos de agresividad
- Cuando un individuo trata de dañar a otro u otros, mediante el uso de frases o un mensaje hiriente, está ejerciendo una agresión verbal. Los insultos, amenazas, gritos o críticas, son ejemplos de este tipo de agresión.
- La agresión sexual se da cuando una persona obliga o coacciona a otra, con el objetivo de tener algún tipo de contacto sexual.
- Cualquier acción que una persona haga intencionalmente para provocarse lesiones o incluso la muerte, constituye una agresión autoinfligida.
- La agresión colectiva engloba cualquier tipo de agresión, sea física, psicológica o sexual, en la que los victimarios son un grupo de personas o colectivo.
- Las agresiones sexuales, físicas y psicológicas que se originan dentro del entorno familiar y se dan entre personas unidas por lazos de consanguinidad, afinidad o parentesco o que tienen una relación afectiva, constituyen agresiones intrafamiliares.
- Las conductas agresivas utilizadas como medio para alcanzar una meta o beneficio (dinero, bienes o estatus), más que para causar sufrimiento o daño, constituyen una agresión instrumental.
- La agresión patrimonial se caracteriza por estar dirigida a destruir, o causar algún tipo de afectación, a los bienes muebles e inmuebles de una persona, con el objetivo de desequilibrar su vida.
- La agresión simbólica se caracteriza por utilizar estereotipos, mensajes e imposiciones referentes a la posición social, cultural o religiosa, como forma de reproducir la dominación, la desigualdad y la discriminación; y así mismo como manera de naturalizar la subordinación.
- El bullying es un ejemplo donde se pone de manifiesto la agresividad en el ámbito educativo.
- La agresión relacional se basa básicamente en agredir bien sea verbal o psicológicamente a una persona, con el objetivo de excluirla socialmente o afectar su reputación.
La agresividad verbal, aunque es el tipo de agresión más discreta, pues no deja daños visibles, es la más dañina y duradera, pues socava la dignidad y la autoestima de la persona agredida.
Este tipo de agresión en la mayoría de los casos, se suele normalizar, tanto, que la podemos observar en televisión frecuentemente. Incluso se dan casos, donde la persona que agrede o que es agredida no se da cuenta de que la ejerce o la padece.
La violación es el caso más grave de agresión sexual, pero los tocamientos no consentidos u el obligar a que una persona no use métodos anticonceptivos para protegerse, también constituyen acciones que conllevan agresión sexual.
Las mujeres son las mayores víctimas de la agresión sexual, aunque los hombres e incluso los niños no escapan de esta realidad.
Los suicidios y las autolesiones como cortarse, quemarse, rasguñarse, son ejemplos de este tipo de agresión.
Las personas con algún tipo de discapacidad cognitiva como el autismo, o las que padecen algún tipo de trastorno mental, tienen la tendencia de realizar este tipo de agresión.
Las agresiones colectivas se desarrollan cuando un grupo comparte un interés común, por lo que las razones que originan la agresión pueden ser sociales (racismo, odio, etc.); políticas (terrorismo, conflictos armados, etc.) o económicas (problemas de drogas, extracción de minerales de forma ilícita, etc.).
Este tipo de agresión, se da con el objeto de controlar y dominar al familiar agredido. Las mujeres y los niños son los más vulnerables a este tipo de agresión y por lo tanto los más afectados.
En la mayoría de los casos, la agresión intrafamiliar se da como una forma de afrontar los problemas, y se origina cuando existen relaciones interpersonales carentes de buena comunicación y que tienen patrones violentos de comportamientos aprendidos.
Este tipo de agresión, es planeada y no está guiada por la ira; por lo que los secuestros y los robos, son un ejemplo claro de agresión instrumental.
Por ejemplo que te oculten tus documentos personales, utilicen tus bienes sin tu aprobación o retengan tu dinero, constituye una agresión patrimonial.
Este tipo de agresión se da en la mayoría de los casos, entre adultos y sobre todo dentro de los matrimonios.
Los dominados no son conscientes de la agresión simbólica a la que son víctimas, por lo que terminan siendo cómplices de este tipo de agresión; a través de la cual, se justifican las relaciones desiguales de poder.
Un ejemplo de agresión simbólica, son los canones de belleza impuestos, los cuales generan en las personas, no solo baja autoestima, sino cirugías plásticas que no son necesarias o enfermedades como la bulimia y la anorexia.
El bullying generalmente se produce durante la convivencia entre niños y adolescentes.
Y no es otra cosa que la conducta agresiva que ejerce una persona sobre otra, bien sea de forma física (golpes, empujones, etc.) o psicológica (humillaciones, intimidación, ofensas, etc.), como forma de sometimiento.
El abandono escolar, la depresión, los pensamientos suicidas o incluso el suicidio, son las consecuencias de este tipo de agresión.
La información falsa sobre otra persona, las humillaciones y el ciberacoso son ejemplos de este tipo de agresión.
Solemos dejar muchas veces que las emociones tomen el control de nuestras vidas y nos dominen, pero debemos aprender a ejercer nosotros el dominio sobre ellas.
La agresividad es una de esas emociones que se debe dejar salir para ser canalizada adecuadamente. No hacerlo, conllevaría a episodios de ira, violencia y autoflagelo.
La mejor forma de comprender y aprender a dominar tus reacciones, son las terapias psicológicas; las cuales te ayudaran a no tenerles miedo, sino a considerarlas tus aliadas