Ejemplos De Las Mejores Frases De Psicología
La psicología es una ciencia que se caracteriza por estudiar el desarrollo mental y la conducta humana, por lo que nos proporciona las herramientas para conocernos y crecer a nivel personal.
A lo largo de la historia han sido muchas las personas que han desarrollado este estudio desde un enfoque científico; y que con sus importantes descubrimientos han dejado huella y nos han ayudado a entender nuestras emociones y reacciones.
Estos psicólogos han sido voceros de célebres frases y citas sobre esta disciplina; las cuales nos hacen reflexionar sobre nuestras actitudes, y las herramientas mentales que poseemos.
A continuación encontrarás las mejores frases de psicología, con su correspondiente interpretación, para que te sea más fácil entenderlas.
13 mejores frases de psicología
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La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tan eficaz como unas pocas palabras bondadosas. (Sigmund Freud)
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Tú eres aquello que haces, no aquello que dices que harás (Carl. G. Jung)
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Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo. (Abraham Maslow).
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Todos nacemos originales y morimos copias. (C. Jung)
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Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla. (S. Freud)
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Sigue a tu corazón, pero lleva contigo a tu cerebro (Alfred Adler)
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El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al alterar sus actitudes mentales (William James)
- La vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir. (Carl Gustav Jung)
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El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice. (Aristóteles)
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Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma. (Carl Gustav Jung)
- La línea entre el bien y el mal es permeable y casi cualquiera puede ser inducido a cruzarla cuando se ve presionado por fuerzas situacionales (Philip Zimbardo)
- Conocer tu propia oscuridad es el mejor método para lidiar con la oscuridad de las demás personas. (Carl Gustav Jung)
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Nunca pienses que lo sabes todo. Por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo: soy un ignorante (Ivan Pavlov)
Las palabras tienen el poder de construir o destruir, por eso cuida siempre lo que sale de tú boca. Usa este poder de forma positiva, y sé consciente del gran efecto sanador que tiene una palabra dicha con bondad en las personas.
Según diversos estudios, una simple palabra bondadosa o un acto de bondad hacia otra persona, genera el aumento de serotonina, una sustancia que nos hace sentir tranquilos y alegres.
Tus acciones determinan la persona que eres, no tus palabras. De nada sirve por ejemplo, que digas que eres bueno, si tus acciones demuestran lo contrario.
Es común que las personas utilicen las herramientas que poseen y que les han resultado, para solucionar todos los problemas que se les presenten, pero lamentablemente no siempre son las adecuadas.
No es bueno limitarnos y tratar todo de la misma manera; debemos dar un paso más allá de lo que conocemos y buscar distintos métodos de solución, a través del aprendizaje de nuevas habilidades.
De niños somos personas auténticas y actuamos según nuestro instinto; pero a medida que vamos creciendo, el entorno influye tanto en nosotros, que solemos adoptar creencias y la conducta de los demás.
En este proceso, nuestra verdadera esencia se va perdiendo, y terminamos amoldándonos a lo que la sociedad nos exige.
Los pensamientos que se callan nos pertenecen, ya que somos la única persona que los conoce. En cambio cuando verbalizamos lo que pensamos, debemos ser responsables de lo que decimos, y por lo tanto de las consecuencias que puedan tener estas palabras en las demás personas.
Lejos de callar, debemos aprender a pensar antes de hablar; y es que las palabras tienen la capacidad de alentar o desmotivar; sanar o dañar.
Debe existir sinergia entre el corazón y el cerebro; pero muchas personas optan por hacerle caso al corazón y dejar de lado la razón, o viceversa. La clave está en combinar nuestro raciocinio con nuestras emociones y sentimientos; de esa manera actuaremos de forma más inteligente al tomar decisiones.
Con esta frase el psicólogo y filósofo, William James, nos señala el hecho de que al cambiar nuestros pensamientos, cambiamos nuestras acciones; y por ende, los resultados que obtengamos en la vida.
Vivimos en una sociedad que nos restringe y en lugar de vivir lo que deseamos, nos dejamos llevar por los paradigmas sociales.
Nos olvidamos de nuestros deseos por cumplir expectativas ajenas; reprimimos sentimientos por miedo o vergüenza, y esto lo que hace es generarnos frustración y permitir que la tristeza se apodere de nosotros.
Esta frase nos hace recordar que somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros pensamientos; por lo que es característico de las personas inteligentes, reflexionar antes de hablar. De esa manera tenemos la habilidad de emplear las ideas y palabras adecuadas.
La negación de nuestros sentimientos, emociones, deseos o problemas, no hace que estos desaparezcan más bien los potencia; y nos hace esclavos de ellos.
Cuando aceptamos, asumimos lo que sentimos y tenemos la posibilidad de cambiar o dejar ir lo que no nos gusta o nos hace daño. De esta manera avanzamos y no nos frustramos.
Philip Zimbardo con esta frase, nos hace reflexionar sobre el hecho de que cualquier persona normalmente buena puede deshumanizarse y actuar de forma malvada, al verse presionada por las circunstancias.
Cuando somos consientes de nuestro lado oscuro, y podemos lidiar con todo eso que nos resulta desagradable en nosotros mismos (miedos, inseguridades, complejos, etc.); somos capaces de aceptarlo, trabajarlo y mejorarlo.
Así mismo podemos ayudar a los demás en este proceso de autoconocimiento y aceptación.
La vida es un constante aprendizaje, por lo que nunca dejamos de aprender. Es de ignorantes creer saberlo todo y negarse a adquirir nuevos conocimientos, cuando vivimos en un constante cambio, que hace que con rapidez el conocimiento se convierta en obsoleto.
Espero que estas frases te ayuden a desarrollar tu potencial interior y a cambiar esos aspectos que no te permiten lograr una vida plena.