«La Sirenita» por Hans Christian
Había una vez una hermosa sirenita llamada Ariel, quien vivía en el fondo del mar con su familia y amigos. Un día, mientras nadaba cerca de la superficie, escuchó la voz de un apuesto príncipe y se enamoró al instante. Decidida a conocerlo, buscó la ayuda de la malvada bruja del mar, quien le concedió piernas a cambio de su hermosa voz.
Ariel se acercó al príncipe y se ganó su corazón, pero pronto descubrió que él estaba enamorado de otra mujer y que nunca sería correspondida. A pesar del dolor y la tristeza que esto le causó, Ariel decidió hacer lo correcto y ayudar al príncipe a encontrar la verdadera felicidad, incluso si eso significaba sacrificar su propio amor.
La sirenita regresó al mar y se convirtió en una ola de espuma, pero su espíritu quedó libre y se elevó al cielo, donde se unió a las almas de otras criaturas marinas que habían hecho sacrificios por amor.