Ejemplos De Narración Literaria
La narración literaria es un tipo de escritura que se utiliza para contar historias. Pueden ser historias de ficción, es decir, inventadas por el autor, o historias basadas en la realidad. Una narración literaria tiene personajes, un lugar donde ocurren los sucesos (llamado escenario o ambientación), y una trama o secuencia de eventos que se desarrollan a lo largo de la historia.
- Un ejemplo de narración literaria es el cuento «Cenicienta«. En este cuento, se nos presenta a la protagonista, Cenicienta, una joven que vive con su malvada madrastra y hermanastras. Después, se desarrolla la trama con eventos como la llegada del príncipe al baile real, el encuentro de Cenicienta con el príncipe, la pérdida del zapato de cristal, la búsqueda del príncipe por la dueña del zapato y finalmente, el feliz desenlace en el que Cenicienta se casa con el príncipe.
Un aspecto importante a tener en cuenta en la narración literaria es la estructura de la historia.
Ejemplos de narración literaria
Te dejaremos varios ejemplos de narración literaria para que puedas comprender mejor este tipo de narrativa:
1. Cianuro espumoso. Agatha Christie
“Por informes recibidos telefónicamente, Anthony sabía que Lucilla Drake iba a salir a las cinco a tomar una taza de té con una antigua amiga.
En previsión de cualquier contingencia (la posibilidad de que se olvidara el portamonedas y tuviese que volver por él; el que se decidiera a última hora a regresar por el paraguas, por si acaso; el que se quedara a charlar un rato a la puerta de su casa), Anthony calculó su llegada a Elvaston Square para las cinco y veinticinco.
Era a Iris a quien quería ver, no a su tía.
Y, por lo que le habían dicho, como le pillara Lucilla por su cuenta, iba a tener muy pocas probabilidades de hablar con Iris sin interrupciones.” (Christie, 2008)
2. El túnel. Ernesto Sábato
“La reconocí inmediatamente; podría haberla reconocido en medio de una multitud. Sentí una indescriptible emoción.
Pensé tanto en ella, durante esos meses, imaginé tantas cosas, que al verla no supe que hacer.
La verdad es que muchas veces había pensado y planeado minuciosamente mi actitud en caso de encontrarla.
Creo haber dicho que soy muy tímido; por eso había pensado y repensado un probable encuentro y la forma de aprovecharlo.
La dificultad mayor con que siempre tropezaba en esos encuentros imaginarios era la forma de entrar en conversación.
Conozco muchos hombres que no tienen dificultad en establecer conversación con una mujer desconocida.
Confieso que en un tiempo les tuve mucha envidia, pues, aunque nunca fui mujeriego, o precisamente por no haberlo sido, en dos o tres oportunidades lamenté no poder comunicarme con una mujer, en esos pocos casos en que parece imposible resignarse a la idea de que será para siempre ajena a nuestra vida.
Desgraciadamente estuve condenado a permanecer ajeno a la vida de cualquier mujer.” (Sábato, 1982)
3. Pedro Páramo. Juan Rulfo
“El agua que goteaba de las tejas hacía un agujero en la arena del patio. Sonaba: plas plas y luego otra vez plas, en mitad de una hoja de laurel que daba vueltas y rebotes metida en la hendidura de los ladrillos.
Ya se había ido la tormenta. Ahora de vez en cuando la brisa sacudía las ramas del granado haciéndolas chorrear una lluvia espesa, estampando la tierra con gotas brillantes que luego se empañaban.
Las gallinas, engurruñadas como si durmieran, sacudían de pronto sus alas y salían al patio, picoteando de prisa, atrapando las lombrices desenterradas por la lluvia.
Al recorrerse las nubes, el sol sacaba luz a las piedras, irisaba todo de colores, se bebía el agua de la tierra, jugaba con el aire dándole brillo a las hojas con que jugaba el aire.” (Rulfo, 2007)
4. El nombre de la rosa. Umberto Eco
“El ser situado a nuestras espaldas parecía un monje, aunque la túnica sucia y desgarrada le daba más bien el aspecto de un vagabundo, y su rostro no se distinguía de los de mis hermanos.
Nunca he recibido la visita del diablo, pero creo que si alguna vez este se me apareciese, incapaz por decreto divino de ocultar completamente su naturaleza, aunque quisiera presentarse con rasgos humanos, no me mostraría otras facciones que las que vi aquella vez en nuestro interlocutor.
La cabeza rapada, pero no por penitencia sino por efecto remoto de algún eczema viscoso, la frente tan exigua que, de haber tenido algún cabello en la cabeza, este no se hubiese distinguido del pelo de las cejas (densas y enmarañadas), los ojos redondos, de pupilas pequeñas y muy inquietas, y la mirada no sé si inocente o maligna, o quizás alternando por momentos entre inocencia y malignidad.
La nariz solo podía calificarse de tal porque entre los ojos sobresalía un hueso, que tan pronto emergía del rostro como volvía a hundirse en él, transformándose en dos únicas cavernas oscuras, enormes ventanas llenas de pelos.
La boca, unida a aquellas aberturas por una cicatriz, era grande y grosera, más ancha por la derecha que por la izquierda, y, entre el labio superior, inexistente, y el inferior, prominente y carnoso, emergían, con ritmo irregular, unos dientes carnosos y aguzados, como de perro.” (Eco, 1986)
Elementos de la narración literaria
Toda narración literaria posee los siguientes elementos:
- Narrador o narradores: Es el que narra el relato. En algunos casos puede ser el protagonista y, en otros, un simple testigo.
- Personajes: Son aquellos que participan en los acontecimientos de la obra de manera directa o indirecta.
- Acción: Abarca los hechos que van presentándose en el texto y que ocurren en un tiempo y espacio definidos.
- Espacio: Es el ambiente en el que se desarrollan los hechos y los personajes del relato. Mientras más se describa el lugar, mejor ubicado estará el lector.
- Tiempo: Se trata del momento concreto en el que sucede cada acontecimiento de la historia.
Estructura de la narración literaria
La trama de una narración literaria está dividida de tres maneras:
- Inicio o planteamiento: En esta parte se hace la presentación de los personajes y se cuenta el hecho principal que origina el conflicto de la obra.
- Desarrollo o nudo: Muestra todos los hechos vividos y creados por los personajes. Es el soporte de la trama.
- Final o desenlace: Es la resolución del conflicto
Bibliografía
Christie, A. (2008). Cianuro espumoso. Madrid: Editorial Planeta de DeAgostini.
Eco, U. (1986). El nombre de la rosa. Caracas: Editorial Lumen.
Rulfo, J. (2007). Pedro Páramo. Madrid: Cátedra.
Sábato, E. (1982). El túnel. Madrid: Cátedra.