Ejemplos De Psicología Positiva
La psicología positiva es una rama de la psicología, que se basa en el estudio científico de los aspectos que conducen al bienestar y la felicidad en las personas y la sociedad.
Esta rama psicológica se focaliza en las fortalezas del carácter y virtudes humanas y en sus efectos, más que en las debilidades.
Una de las mayores contribuciones que hace la psicología positiva, es su carácter preventivo en problemas de salud mental.
Si nos ponemos a pensar, es menos costoso prevenir la aparición de trastornos mentales a través del desarrollo de herramientas menos rigurosas que las aplicadas en toda ciencia de la salud y centradas en las potencialidades del ser humano, antes que tratar las enfermedades una vez que ya están desarrolladas.
10 ejemplos de psicología positiva
- Automotivación
Debemos ser nuestro propio motivador. Esa persona que te anime e impulse constantemente a creer que eres capaz de lograr los objetivos que te propongas, a ver el lado positivo cuando las cosas no salen según lo planeado y a aprovechar las oportunidades que se te presenten.
Es importante que utilicemos nuestros diálogos internos para elogiarnos y animarnos, en lugar de emplearlos para castigarnos y desanimarnos. Además, el ser compasivo y amable contigo mismo, te ayuda a serlo con los demás.
- Buen sentido del humor
Tener un buen sentido del humor resulta terapéutico; no solo porque genera cambios positivos en nuestra salud, sino en nuestra vida.
Aunque el buen humor se relaciona con personas alegres, no significa que estas siempre estén riendo. Más bien se refiere a que las personas con buen humor, tienen una actitud positiva ante las adversidades.
Contar con un buen humor, ayuda a las personas a afrontar situaciones difíciles con optimismo, paciencia y una mejor perspectiva; y es que el humor alivia la tensión emocional, disipa las preocupaciones, favorece la creatividad, y así mismo la descarga de miedos y ansiedades reprimidas.
- Ser agradecidos
Ser agradecidos es clave para alcanzar el éxito personal y el bienestar emocional; y aunque existe la creencia de que para ser agradecidos debe haber de por medio un motivo o un acontecimiento favorable, no siempre es así.
Podemos sentir gratitud incluso sin que haya ocurrido algo especial; solo el simple hecho de estar vivos independientemente de las circunstancias que transitemos, es una razón para agradecer.
Las personas más felices viven con esta actitud; agradecen cosas tan intangibles como un simple abrazo, una sonrisa, o un buen clima; incluso para ellas, las adversidades son fuente de agradecimiento, ya que son conscientes de que todo en esta vida te deja un aprendizaje.
Sin embargo, si eres una de esas personas que le cuesta sentir gratitud; te serviría realizar una lista de cosas por las que debes agradecer cada día.
De esta manera te enfocas en los aspectos positivos en lugar de en los negativos; y facilitas el flujo de emociones positivas en ti y por consiguiente el desarrollo de esta habilidad.
Incluso utilizar la palabra gracias no solo contigo, sino con los demás; y dar notas de gratitud a quienes hayan influido en ti de forma positiva, generará un cambio favorable en tu vida.
- Saber perdonar
Perdonar es un acto liberador, no solo para quien perdona, sino para quien es perdonado. Cuando perdonas te permites dejar atrás las emociones que no te dejan avanzar (rencor, rabia, tristeza, etc.); y los pensamientos que una y otra vez taladran tu cabeza.
El perdón trae consigo paz y la posibilidad de vivir una vida más plena; pero si eres una de esas personas que se le dificulta perdonar, intenta ver a la persona que te causó daño en su totalidad, con sus virtudes y fortaleza; de esta manera logras ser más objetivo y empático.
También sirve escribir una carta de perdón, donde intentes ponerte en el lugar de la otra persona, para tratar de comprender que pudo originar el hecho que te causó dolor.
- Realiza actividades que te gusten
Dedica parte de tú tiempo a realizar actividades que te generen ilusión, alegría, y te den vitalidad; y es que por lo general, la rapidez con la que vivimos y las múltiples ocupaciones, llenan nuestro tiempo, y no nos detenemos a hacer lo que nos gusta, por lo que no legamos a valorar, disfrutar y sentirnos satisfechos con las actividades que hacemos.
Dedicar tiempo a hacer aquello que realmente nos llena, nos hacer percibir la vida de una mejor manera y nos ayuda a experimentar sentimientos positivos. Cuando hacemos lo que nos gusta nos olvidamos del tiempo y lo que suelen ser horas nos parecen pocos minutos.
- Practica alguna actividad física
Practicar alguna actividad física regularmente, no solo beneficia tu cuerpo sino tu mente. Cuando practicas algún ejercicio físico, liberas sustancias neuroquímicas como la serotonina y las endorfinas, las cuales ayudan a experimentar placer y felicidad.
Otro de los beneficios, es que cuando practicas apreciamos más nuestro cuerpo lo que eleva nuestra autoestima.
- Enfocarse en lo que te gusta.
Centrarse en las cosas buenas que tenemos y que nos suceden, en lugar de enfocarnos en lo malo, nos ayuda a tener bienestar físico y emocional.
Una buena manera de hacerlo, es realizando un diario donde plasmes las cosas buenas que te pasan cada día, de esa manera, te enfocas en los sucesos positivos y puedes recurrir a ellos, ante la presencia de pensamientos negativos.
- Desarrollar el optimismo
Las personas optimistas no niegan sus problemas; más bien enfocan sus pensamientos en buscar la manera de solucionarlos, con la esperanza de que obtendrán resultados favorables, pero siendo consciente de que, si no es el caso, toda adversidad te deja un aprendizaje.
Para desarrollar esta habilidad puedes imaginarte en un futuro y escribir sobre la vida ideal que te gustaría tener, así mismo te serviría reemplazar tus pensamientos negativos por positivos.
La psicología positiva no es una vacuna contra la infelicidad. No nos hace inmune a vivir situaciones difíciles, ni elimina lo que nos hace sentir mal.
Solo ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas, potenciando aquello que nos genera bienestar y felicidad; y dándonos la capacidad de afrontar el sufrimiento de la mejor manera.