15 Ejemplos De Complejo De Electra
Se le denomina complejo de Electra a la etapa desde los 4 a los 7 años en que la mayoría de las niñas muestran una especial predilección por su padre; muchos lo describen como la etapa de “enamoramiento” de las niñas hacia sus progenitores. En la mayoría de los casos, el complejo desaparece por sí solo sin dejar secuelas.
Existen diversos ejemplos de complejo de Electra cuando hablamos del comportamiento de niñas y adolescentes. Uno de ellos es la forma en que las menores idolatran a su padre y son incapaces de ver defectos o fallas en su persona. En el presente artículo podrás encontrar muchos más.
15 ejemplos de complejo de Electra
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- Como es de suponer, uno de los ejemplos de complejo de Electra más evidentes es la mayor afinidad con el padre que muchas niñas presentan, especialmente cuando son pequeñas.
Este es un comportamiento totalmente natural, ya que obedece a su tendencia de imitar a la madre en relación con el hecho de emparejarse con una figura masculina.
- La predilección antes mencionada puede traducirse como atracción sentimental hacia la figura paternal. Esto quiere decir que la niña cree estar enamorada, pero sus sentimientos no se comparan al amor romántico que puede sentir un adulto debido a su corta edad.
- Si bien todos los niños sienten admiración por sus padres, esta admiración se vuelve un problema cuando los menores no son capaces de ver ningún defecto en ellos. Esto suele ocurrir con el progenitor del sexo opuesto; en el caso de las niñas se le llama complejo de Electra y en el de los niños complejo de Edipo.
- Las niñas pueden experimentar celos hacia la madre cuando perciben que esta recibe ciertas atenciones y muestras de afecto de su padre que ella no. Los celos pueden manifestarse de distintas formas, desde berrinches y llanto en los primeros años hasta una relación de enemistad cuando se convierten en adolescentes.
- Como mencionamos anteriormente, la rivalidad de las hijas hacia su madre es uno de los ejemplos de complejo de Electra que más destaca por las repercusiones que causa en la adolescencia y la adultez. Una forma de ponerle remedio es creando instancias en las que ambas compartan juntas.
- En caso de que la rivalidad entre madre e hija no se solucione, las jóvenes pueden desarrollar rencor hacia su progenitora, el cual resulta imposible de explicar de manera racional. En estas situaciones, lo recomendable es asistir a terapia para sanar los problemas y darles una solución a los conflictos internos de la afectada.
- Tanto niñas como adolescentes pueden llegar a “sabotear” la relación entre los padres mediante la manipulación y otras artimañas como poner a un padre en contra del otro. Esto puede hacerse de forma inconsciente o deliberada dependiendo de qué tan grave sea el complejo de Electra en las niñas.
- De forma inconsciente, la joven busca una pareja parecida a su padre, lo que crea círculos viciosos que son perjudiciales para todos los involucrados en la relación. Por un lado, su pareja nunca podrá cumplir con las expectativas puestas sobre él; por otro lado, ella nunca podrá tener una relación totalmente independiente.
- Cuando las niñas llegan a cierta edad y pueden entender a grandes rasgos los problemas de sus padres, comienzan a vivir sus conflictos de pareja como si fueran propios. Está de sobra decir lo perjudicial que es esto para los menores, quienes siempre deben vivir la etapa de crecimiento correspondiente a su edad.
- Cuando discute con su madre, la niña siempre busca refugio en el padre; así mismo, se pone de su lado cuando este discute con su pareja. Este es uno de los ejemplos de complejo de Electra más nocivos, pues puede llegar a deteriorar la calidad de las relaciones intrafamiliares si los padres no saben cómo manejarlo.
- La joven con complejo de Electra busca la aprobación de su padre a la hora de tomar decisiones. Ya sea esta una decisión sencilla y sin real importancia hasta decisiones sobre temas realmente relevantes como qué carrera estudiar, con quién casarse o si tener hijos o no.
- Así como busca su aprobación, el padre de la joven con complejo de Electra se vuelve una referencia constante en su vida. Esto puede no parecer algo grave, pero se vuelve un problema cuando las mujeres son incapaces de construir relaciones sanas, pues siempre estarán comparando a todo el mundo con su padre.
- En el caso de las niñas pequeñas, una clara señal de este complejo es que lloren cada vez que el padre sale de la casa. Este, al igual que otros comportamientos infantiles, puede controlarse si se le pone un alto desde un principio y puede tornarse en un gran dolor de cabeza para los padres en el caso contrario.
- Otro de los ejemplos de complejo de Electra que podemos encontrar entre las niñas más pequeñas es que muestran cierta hostilidad hacia la madre, en especial cuando esta intenta “interferir” en su relación con el padre.
- El hecho de que una niña se pase el día diciendo que “cuando sea mayor se casará con su padre” le resulta tierno a muchos, pero es algo que no debemos tomar con tanta ligereza. Siempre se debe hacerle saber a los niños cuál es su lugar en la familia para que sus ilusiones infantiles no se conviertan en confusión de mayores.
¿Cómo tratar el complejo de Electra?
Según psicólogos infantiles y expertos en el tema, lo mejor es tomarse este asunto con naturalidad, ya que es una etapa que tiene como función orientar a las niñas en sus relaciones futuras con personas del sexo opuesto.
Si comenzamos a ver comportamientos que escapen de lo normal o que el antes mencionado “enamoramiento” continúa después de haber finalizado la niñez, lo mejor es asesorarse con un especialista, quien les ayudará a los padres a poner freno a este complejo a través de terapia y orientación.
¿Cuánto dura el complejo de Electra?
Este complejo comienza alrededor de los 3 o 4 años de edad y desaparece cerca de los 6 o 7. Como mencionamos anteriormente, no es algo de lo que los padres deban preocuparse en exceso, puesto que les ocurre a todas las niñas y, por lo general, desaparece por sí solo una vez se alcanzan la pre-pubertad. Para este punto, la niña habrá aprendido sobre las interacciones entre ambos sexos mediante el ejemplo de sus mayores.