20 Ejemplos De Trastornos Mentales En Niños
Los niños pueden pasar las mismas enfermedades mentales que los adultos, pero es probable que los síntomas sean diferentes. Son conocidas como trastornos mentales en niños.
Los padres suelen tener dificultades para reconocer las enfermedades mentales en los niños. Como resultado, muchos niños que necesitan ayuda con los procedimientos no obtienen la ayuda que necesitan. Reconocer los signos de enfermedad mental en los niños y saber cómo ayudarlos es vital. A continuación te guiaremos para descubrir qué debes tener en cuenta y qué puedes hacer ante cualquier caso.
¿En qué consiste una enfermedad mental?
La salud mental es un estado general de calma relacionado con el pensamiento, el control emocional y el comportamiento. La enfermedad mental (trastorno de salud mental) se define como un patrón o cambio en el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento que causa angustia o perjudica el funcionamiento personal y social.
Los trastornos mentales en los niños se definen principalmente como un retraso o una alteración en el desarrollo de su pensamiento, comportamiento, habilidades sociales y control emocional. Estos trastornos interfieren en el bienestar psicológico de los niños y les impiden funcionar bien en casa, en la escuela y en otras situaciones sociales.
Barreras para el tratamiento de los trastornos mentales en niños
Comprender los trastornos mentales en niños no suele ser fácil porque el desarrollo de la infancia suele ser un proceso de cambio. Los signos de un trastorno pueden variar en función de la edad del niño, que puede no ser capaz de explicar lo que siente y por qué.
Los padres también pueden desanimarse a la hora de cuidar a un niño pequeño que parece tener una enfermedad mental debido a la preocupación por el estigma de la misma. Además, el uso de la medicación, el coste de los tratamientos y las cargas logísticas que conlleva.
Ejemplos De Trastornos Mentales En Niños
Los profesionales de la salud mental pueden estar interesados en los siguientes trastornos de salud mental o del desarrollo en los niños.
- Trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad en los niños son miedos, preocupaciones o ansiedades persistentes. Estos impiden a los niños participar en situaciones de juego, escolares o sociales apropiadas para su edad. Los diagnósticos incluyen el trastorno de ansiedad social, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsivo.
- Trastorno del espectro autista: El TEA es un trastorno neurológico que aparece en la infancia, normalmente antes de los tres años. Aunque la gravedad del trastorno puede variar, los niños con TEA tienen invariablemente problemas de comunicación e interacción con otras personas.
- Trastornos de la alimentación. Los trastornos de la alimentación se definen como la preocupación por las formas corporales ideales. Así como los pensamientos desordenados sobre el peso y la pérdida de peso, y los hábitos alimentarios y de alimentación inseguros. Los trastornos alimentarios, como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, pueden provocar trastornos emocionales y sociales, así como complicaciones físicas que ponen en peligro la vida.
- Depresión y otras perturbaciones anímicas. La depresión es una tristeza persistente y una pérdida de interés en los bebés y niños pequeños. Interfiere en las interacciones escolares y sociales. En el trastorno bipolar, los estados de ánimo oscilan entre la depresión y la euforia desbordante, lo que puede conducir a la falta de atención, al peligro o a situaciones de riesgo.
- Trastorno de estrés postraumático. El trastorno de estrés postraumático es la consecuencia de un acontecimiento traumático, como la violencia, la agresión o las lesiones, que provoca trastornos emocionales, ansiedad, recuerdos perturbadores, pesadillas y comportamientos perturbadores.
- Esquizofrenia. La esquizofrenia es una enfermedad en la que la percepción y el pensamiento se ven alterados y la capacidad de reconocer la verdad se ve afectada. Suele comenzar al final de la adolescencia o antes de los 29 años y provoca alucinaciones, delirios y alteraciones del pensamiento y el comportamiento.
- Problemas de comportamiento. A veces, los niños pueden discutir con los adultos, volverse agresivos o comportarse de forma airada o desafiante. Es probable que se diagnostique un «trastorno del comportamiento» o «trastorno de la conducta«.
- Trastorno negativista desafiante. Cuando un niño sigue comportándose de una manera que perturba gravemente las relaciones en casa, en la escuela o con los compañeros, puede ser diagnosticado de Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD). El Trastorno Oposicionista Desafiante suele manifestarse antes de los 8 años y no después de los 12.
- Trastorno de la conducta. El trastorno de la conducta (TC) se diagnostica cuando los bebés y los niños pequeños muestran una agresividad constante hacia los demás. Violan gravemente las normas y reglas sociales en casa, en la escuela o con los compañeros. Estos comportamientos que infringen las normas pueden ser contrarios a la ley y llevar a la detención. Los niños con trastornos de conducta son más propensos a autolesionarse y a portarse mal con sus compañeros.
- TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Las personas con TDAH tienen dificultades para concentrarse, son incapaces de controlar su comportamiento impulsivo (actúan sin pensar en las consecuencias de sus actos) o son muy activas. El TDAH no es curable, pero puede tratarse eficazmente y algunos síntomas pueden mejorar a medida que el niño crece.
- Síndrome de Tourette (ST). El síndrome de Tourette (ST) es un trastorno nervioso asociado a los «tics». Un tic es un movimiento o sonido repentino y repetitivo que la persona que lo padece no puede controlar espontáneamente. Por ejemplo, una persona puede parpadear más a menudo o gemir involuntariamente.
- Trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Muchos niños tienen a veces sentimientos desagradables y sienten que tienen que hacer algo, aunque no tenga sentido. Por ejemplo, temen que no llevar su ropa favorita les traiga mala suerte.
- Trastorno de adaptación. Un trastorno adictivo se define como sentimientos o comportamientos que se consideran inadaptados. Además que, de alguna manera, no reflejan una respuesta saludable esperada ante un acontecimiento estresante identificable o un cambio en la vida.
- Suicidio en niños y adolescentes. La conducta suicida se define como la intención o la acción de provocar la propia muerte. Esto puede incluir «intención», «pensamientos suicidas» o «ideas suicidas», así como una acción o un gesto. La intención de provocar la propia muerte es relevante para la definición. Las ideas suicidas son pensamientos de suicidio o el deseo de quitarse la vida.
Siempre estos comportamientos disruptivos persistan durante un largo período de tiempo o seann graves, lo que es inusual para la edad del niño en ese momento.
Los trastornos del comportamiento se denominan a veces trastornos externalizantes porque perturban o provocan comportamientos no deseados en los demás.
Los niños con Trastorno Oposicionista Desafiante tienden a reaccionar de forma desafiante ante las personas cercanas a ellos, como los familiares, los cuidadores y los profesores. Los niños con Trastorno Oposicionista Desafiante son más propensos a tener este comportamiento que otros niños de la misma edad.
Ejemplos de comportamiento opositor y desafiante
Enfadarse y perder constantemente los nervios.
Discutir con los adultos o no seguir las reglas o peticiones de los adultos.
Mostrando constantemente resentimiento e ira.
Molestar o enfadar intencionadamente a los demás.
Culpar al mundo de los errores propios o del mal comportamiento.
Ejemplos de comportamiento desordenado
Incumplir las normas, como escaparse de casa sin permiso o faltar a clase.
Comportamiento agresivo que causa daño, como burlarse de otros niños o compañeros, peleas con animales o violencia.
Mentir, robar o exponer la propiedad de otras personas para convertirlas en objetivo.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más comunes en los niños. Suele diagnosticarse en la infancia y persistir en la edad adulta. Los niños con TDAH tienen dificultades para concentrarse, son incapaces de controlar su comportamiento impulsivo (pueden actuar sin pensar en las consecuencias) y son hiperactivos.
Señales y pistas del TDAH
Los niños suelen tener dificultades para concentrarse y comportarse a veces. Sin embargo, los niños con TDAH no se recuperan de estos comportamientos como adultos. Estos signos persisten y pueden causar problemas en la escuela, en casa y con los amigos.
Los niños con TDAH pueden presentar estos comportamientos.
Fantasías recurrentes.
A menudo olvida o pierde cosas.
Inquietos o agitados.
Hablar mucho.
Comete errores por descuido o asume riesgos innecesarios.
No puedo resistir la tentación.
Espera mal en la cola.
No se lleva bien con los demás.
El tic es similar al del hipo. Aunque no quieras tener hipo, tu cuerpo lo tendrá. A veces es posible controlarse y no tener tics durante un tiempo, pero es difícil. Llega un momento en que el individuo tiene que tener un tic.
Algunos niños tienen pensamientos o impulsos persistentes de hacer ciertas cosas, aunque intenten ignorarlos o reprimirlos.
Estos pensamientos se llaman compulsiones. Este comportamiento se llama obsesión.
Este enfoque debe adoptarse en los tres meses siguientes a la toma de conciencia del acontecimiento o cambio estresante.
Un acontecimiento o cambio estresante en la vida de un niño puede ser una respuesta inadecuada a una mudanza familiar, el divorcio de los padres o la vida posterior al divorcio, la pérdida de una mascota o el nacimiento de un hermano o hermana.
Las enfermedades repentinas o las limitaciones vitales causadas por enfermedades crónicas también pueden provocar problemas de adaptación.
El comportamiento suicida es cuando una persona piensa y se prepara para su muerte. Los intentos de suicidio y los actos suicidas suelen estar asociados a actos conocidos no violentos que pretenden provocar la propia muerte. El suicidio es la ejecución deliberada de la propia muerte.
Los factores de riesgo de suicidio dependen de la edad, el sexo y los factores culturales y sociales, y pueden cambiar con el tiempo. Los factores de riesgo de suicidio suelen ser complejos. Posibles factores de riesgo de suicidio son:
- Uno o más trastornos mentales o de consumo de sustancias psicoactivas diagnosticables.
- Comportamiento impulsivo.
- Acontecimiento vital adverso o duelo reciente (por ejemplo, muerte de un padre o divorcio).
- Antecedentes familiares de trastornos mentales o abuso de sustancias.
- Suicidio familiar.
- Violencia doméstica, incluidos los abusos físicos, sexuales, verbales o emocionales.
- Intentos de suicidio anteriores.
- Armas de fuego en el hogar.
- Exposición a conductas suicidas por parte de otros, incluidos los miembros de la familia, los compañeros, las noticias o la ficción.
¿Cuáles son los signos de trastornos mentales en niños?
He aquí algunas señales de advertencia de que su hijo puede tener problemas de salud mental.
- Tristeza persistente (durante más de dos semanas).
- Retirada o evitación de las interacciones sociales.
- Autolesiones o hablar de autolesiones.
- Hablar de la muerte o del suicidio.
- Enfadarse o actuar de forma muy irritable.
- Comportamiento incontrolado y potencialmente peligroso.
- Cambios repentinos de humor, comportamiento o personalidad.
- Cambios en los hábitos alimentarios.
- Pérdida de peso.
- Dificultades en el sueño.
- Dolores de cabeza o de estómago recurrentes.
- Dificultad de concentración.
- Cambios en el rendimiento escolar.
- Ausencia o falta de clases.
¿Qué debo hacer si sospecho que mi hijo tiene un trastorno mental?
Si te preocupa la salud mental de tu hijo, busca consejo médico. Describe el comportamiento que te preocupa. Habla con el orientador del colegio de tu hijo, amigos cercanos, familiares u otros cuidadores para ver si han notado algún cambio en el comportamiento de tu hijo. Comparte esta información con el médico de tu hijo.
¿Cómo se trata la enfermedad mental de mi hijo?
Los tratamientos más comunes para los niños con enfermedades mentales son:
- Psicoterapia. La psicoterapia, también conocida como terapia de conversación o terapia conductual, es un método de tratamiento de los problemas de salud mental basada en la conversación con un psicólogo u otro profesional de la salud mental.
En el caso de los niños pequeños, la psicoterapia puede combinarse con el juego y las conversaciones sobre lo que ocurre en el mismo. La psicoterapia permite a los niños y jóvenes hablar de sus pensamientos y sentimientos, reaccionar ante ellos y aprender nuevos comportamientos y estrategias de afrontamiento.
- Medicación. El médico o psiquiatra de tu hijo puede recomendar medicamentos como estimulantes, antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos o estabilizadores del estado de ánimo como parte de un plan de tratamiento. Tu médico te explicará los riesgos, los efectos secundarios y los beneficios de la medicación.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo a enfrentarse a la enfermedad mental?
Tu papel principal es ayudar a tu hijo a afrontar el procedimiento. Para protegerte a sí mismo y a tu hijo:
- Conoce la condición.
- Considera la posibilidad de un asesoramiento familiar, implicando a toda la familia como aliados en el proceso.
- Ponte en contacto con el psicoterapeuta de tu hijo para que te aconseje sobre cómo tratar a tu hijo y su comportamiento difícil.
- Participa en programas de formación de padres, especialmente para padres de niños con problemas de salud mental.
- Aprende técnicas de gestión del estrés que le ayuden a mantener la calma.
- Encuentra formas de relajarte y divertirte con tu hijo.
- Elogia los puntos fuertes y las habilidades de tu hijo.
- Trabaja con la escuela de tu hijo para confirmar el apoyo básico para tu hijo.