Caperucita Roja
Había una vez una pequeña niña llamada Caperucita Roja, quien vivía en una pequeña aldea con su madre. La niña era conocida por su hermosa capa roja, que su madre le había hecho con tanto amor.
Un día, la madre de Caperucita Roja le pidió que llevara un pastel y una botella de vino a su abuela, quien vivía al otro lado del bosque. La niña aceptó la tarea y se preparó para su viaje, prometiendo a su madre que seguiría el camino marcado y no se detendría a hablar con extraños.
Caperucita Roja tomó su cesta y su capa roja y se adentró en el bosque. Mientras caminaba, se encontró con un lobo feroz que la detuvo y le preguntó a dónde iba. Caperucita Roja, inocente y confiada, le contó que iba a visitar a su abuela y que llevaba un pastel y una botella de vino.
El lobo, que estaba hambriento y astuto, decidió que la niña sería su cena. Así que le dijo que tomara un camino diferente al que su madre le había indicado, para que pudiera recolectar algunas flores para su abuela.
Caperucita Roja, sin saber que estaba siendo engañada, siguió el camino sugerido por el lobo. Mientras tanto, el lobo corrió hacia la casa de la abuela de Caperucita Roja y la devoró entera. Luego, se disfrazó de la abuela y se metió en su cama, esperando a que llegara Caperucita Roja.
Cuando Caperucita Roja llegó a la casa de su abuela, no se dio cuenta de que el lobo estaba en la cama, disfrazado de abuela. El lobo le dijo que se acercara, y Caperucita Roja, sin sospechar nada, se acercó a la cama.
De repente, el lobo saltó de la cama y la devoró entera. Y así, tanto la abuela como Caperucita Roja fueron devoradas por el lobo feroz.
Mientras tanto, en la aldea, la madre de Caperucita Roja se preocupó al ver que su hija no regresaba. Sabiendo que su hija era una niña responsable y obediente, decidió ir a buscarla ella misma.
En el camino, la madre se encontró con un cazador valiente, quien le contó que había visto a un lobo sospechoso merodeando por el bosque. La madre supo de inmediato que su hija estaba en peligro, así que se unió al cazador para encontrarla.
Cuando llegaron a la casa de la abuela de Caperucita Roja, el cazador sospechó que algo andaba mal. Encontró al lobo en la cama, disfrazado de abuela, y se dio cuenta de lo que había pasado. Rápidamente, sacó su cuchillo y mató al lobo para salvar a Caperucita Roja y su abuela.
La madre y el cazador abrazaron a Caperucita Roja y la abuela, quienes estaban aterrorizadas por lo que acababa de suceder. Luego, llevaron a la niña y a su abuela a casa, donde las cuidaron y les dieron todo el amor y la atención que necesitaban.
Caperucita Roja estaba muy asustada por lo que había sucedido y se arrepintió de haber desobedecido a su madre. Prometió nunca más hablar con extraños y siempre seguir las instrucciones de su madre.
Desde entonces, Caperucita Roja vivió feliz con su madre y su abuela, quienes le enseñaron la importancia de ser prudente y cuidadoso en todo momento. El cazador se convirtió en un amigo cercano de la familia y continuó vigilando el bosque para proteger a los aldeanos de peligros como el lobo feroz.
La historia de Caperucita Roja es una advertencia para los niños sobre los peligros de hablar con extraños y la importancia de seguir las instrucciones de los mayores. También es una lección sobre la valentía y la importancia de tener amigos y aliados en momentos difíciles.