Ejemplos de la soberbia humana (Concepto y alcance)
Ejemplos de la soberbia en el cristianismo
- El ego de Satanás, al no reconocer a Dios como su señor, que dio paso a la rebelión celestial y a su expulsión del reino de Dios.
- La osadía que condujo a Adán y a Eva a desobedecer a Dios, desafiando su voluntad, cosa que terminó condenando a la raza humana.
Ejemplos de la Soberbia en personajes de la mitología griega
Ícaro
Según este mito, Dédalo, su padre, le entregó un par de alas para volar, advirtiendo, que debía mantenerse alejado del sol. Ícaro, atraído por el brillo del sol, ignorando la advertencia de su padre y con el ímpetu propio de la soberbia, se acerca demasiado. Sus alas acabaron por derretirse.
La soberbia de Ícaro se ve reflejada no solo en su desobediencia. También en el convencimiento, que el ostentar un par de alas le da la supremacía de llegar a donde quiera, incluso a donde no le está permitido.
Su caída no solo es el resultado de desafiar a su padre, sino también desafiar la propia fuerza y superioridad del universo.
El sacrificio de Andrómeda
En esta historia es Casiopea quien representa la soberbia al jactarse de la belleza de su hija, llegándola a considerar superior a la de las diosas.
Como castigo, Poseidón, dios de los mares castiga a toda la ciudad y ordena sacrificar a Andrómeda, hija de Casiopea, a un monstruo marino. Posteriormente es rescatada por Perseo.
Aracne
Era una joven mortal con extraordinarias habilidades para el tejido. Sin embargo, en su manifiesta soberbia aseguró que su habilidad no era un don de los dioses y se atribuía para sí tal habilidad. Llegó al punto considerarla tanto o más valiosa que la de la propia diosa Atenea.
Ante tal osadía y arrogancia, Atenea se le apareció disfrazada de anciana, conminándola a retractarse y conformarse con ser la mejor entre las mortales.
Aracne no solo ignoró el consejo de la anciana, sino que en una clara reafirmación de su soberbia se atrevió a desafiar a la diosa. Esto en una competición para así demostrarle su superioridad.
Atenea, despojada de su disfraz, aceptó el reto. Ambas obras fueron magistralmente perfectas. Sin embargo, el tema elegido por Aracne resultó tan sacrílego a los ojos de la Diosa que terminó destruyendo la obra y azotando a Aracne. Aracne finalmente cayó en cuenta de su error.
Consciente de su falta decide ahorcarse, pero Atenea, en su magnanimidad decidió transformar la soga en hilo y a Aracne en araña. Así, ella y sus descendientes tejiesen durante toda la eternidad.
El talón de Aquiles
Aquiles es producto de la unión entre un mortal y una diosa. Cuenta la historia que, al nacer, su madre lo sumerge en un rio sagrado para dotarlo de inmortalidad. Esto lo hace invencible e invulnerable, salvo en los talones, por donde le sostenía.
Era considerado el más veloz de los hombres, también el más soberbio y vengativo. Un guerrero que antepuso su honor y orgullo por encima de su pueblo. Su fuerza y valor lo convirtieron en uno de los héroes de la guerra de Troya y en uno de los principales protagonistas de la Ilíada de Homero.
Su final, conocido por todos, se debió a una flecha envenenada atravesando su talón.
Como se puede ver, lo anterior resume los más representativos ejemplos de la soberbia en la mitología. Poetas y literatos encontraron en ella una fuente de inspiración genuina para expresar las más bajas pasiones y debilidades de los mortales.
Ejemplos de la soberbia en personajes de la historia
01. Nietzsche el vivo ejemplo de la soberbia humana
Friedrich Nietzsche es reconocido como uno de los grandes referentes de la filosofía posmoderna. Poseedor de una inteligencia prominente y un espíritu crítico, fue capaz de derribar las barreras hegemónicas de la época, desafiando las bases de la filosofía.
Nietzsche asume la soberbia como una virtud elevada que se manifiesta en hombres superiores. Tal concepción es, en sí misma, una oda a la soberbia.
Pero, no solo aborda la soberbia desde sus postulados, sino que su propia personalidad muestra rasgos inequívocos de una soberbia elevada. Soberbia que sin duda se reflejaría en sus obras más reconocidas y seria la base de sus teorías filosóficas referidas al superhombre.
En su obra “Así hablaba Zaratustra”, describe al hombre desde sus defectos y debilidades, incluso con un sentido de la moral cuestionable. A su juicio, esta versión del hombre debe ser superada por lo que él denomina el “Superhombre”.
El superhombre representa la exaltación de las virtudes, atributos y habilidades de una categoría humana privilegiada. Una raza que se superpone al resto de su misma especie. Una raza perfecta, basada en sus potencialidades, que no necesariamente deberán regirse por los principios de la moral.
Aunque su legado es indiscutible, resulta paradójico que el rasgo más sobresaliente de su personalidad sea justamente la soberbia. Esta soberbia que, a su juicio, resulta una virtud elevada en sujetos que se erigen sobre otros de su misma especie.
Sin duda, Friedrich Nietzsche y su obra representan, ambos, uno de los más representativos ejemplos de la soberbia humana en el campo de la filosofía.
02. La soberbia de Napoleón.
Previamente hacíamos alusión a las repercusiones que podría generar una personalidad soberbia dotada de cierto grado de poder. En el caso de Napoleón Bonaparte, los autores aún se debaten a la hora de ofrecer un perfil acertado sobre su personalidad.
En líneas sencillas, algunos lo definen como brillante estratega, rasgo indiscutible que le otorgó el sitial que hoy ocupa en la historia. Pero, también lo definen como egocéntrico, psicópata y soberbio, poseedor de una personalidad muy volátil.
Estudiosos clínicos señalan que su egocentrismo, crueldad y soberbia, ocultaban su complejo de inferioridad producto de su apariencia física.
Una de las muestras de soberbia más representativas en la vida de Bonaparte, se manifestó al momento de su coronación.
Realizo su ceremonia en Notre Dame, teniendo al Sumo Pontífice como representante político y religioso. Tal deferencia tenía un gran valor para la época, porque se trataba de ser coronado por la mano de Dios en la tierra.
Sin embargo, al final el propio Napoleón tomo las prendas reales y se autoproclamo soberano emperador de Francia. Este es uno de los mayores ejemplos de soberbia registrados en la historia.
03. Adolf Hitler la soberbia que dio paso al Holocausto
Entre los rasgos más resaltantes de la personalidad de Adolf Hitler destacan: la egolatría, la falta de empatía, la intolerancia a la crítica, el complejo de Mesías. También dificultades de socialización, complejo de inferioridad, autodesprecio, rechazo a las personas débiles, obsesión con el poder, entre muchos otros.
Partiendo de estos rasgos, expertos del campo de la psiquiatría le han endosado diversas patologías. Desde esquizofrenia paranoide, psicopatía, trastorno bipolar, trastornos de la personalidad, trastorno narcisista (soberbia), entre otras.
Su aspiración de una raza aria, coincide mucho con la idea del superhombre de Nietzsche. Pero, va mucho más allá de una simple concepción filosófica, su concepción de raza aria lo lleva a recurrir a métodos más drásticos y reprochables.
Justamente esa aspiración de crear una raza perfecta, ese desprecio por los débiles y la arrogancia de creerse superior ponen en manifiesto su soberbia.
Ahora, como esta actitud soberbia, tuvo repercusiones nefastas para la humanidad; algo conocido por todos. Bien señalan algunos autores que Adolf Hitler “es uno de esos pocos individuos de los cuales se puede decir con absoluta certeza que: sin él, el curso de la historia habría sido diferente o, que sin él, las cosas habrían sido muy diferentes”.
El poder absoluto que ostentaba, haciéndose eco de su manifiesta soberbia y otros rasgos de su personalidad, ya señalados, dieron paso a una serie de política. Por ejemplo, el control reproductivo, en aras de crear nuevos arios.
Se estima que estas acciones fueron el detonante que dio paso a los campos de concentración nazi y a la política de exterminio racial. Así, el Holocausto fue uno de los más nefastos y reprochables ejemplos de soberbia por parte de Adolf Hitler.
Ejemplos de la soberbia en hechos trascendentales
La soberbia nuclear que destruyó Hiroshima y Nagasaki
Uno de los casos más emblemáticos pueden representarlo los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki.
“Little Boy” (Pequeño Niño), nombre con que se identificó la cabeza nuclear que impactó en Hiroshima fue una muestra de desprecio y represalia.
El, en aquel entonces, presidente, Harry Truman, dio una contundente declaración sobre dichos hechos. Este es uno de los ejemplos de soberbia mejor registrados en la historia de parte de una persona sin esta patología.
“Los japoneses comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe multiplicado. Con esta bomba hemos añadido un nuevo y revolucionario incremento en destrucción a fin de aumentar el creciente poder de nuestras fuerzas armadas.” –Argumento Truman.
Además de eso, aseveró que se estaban fabricando más de su tipo, con el objetivo de mantener la contraofensiva.
“Ahora estamos preparados para arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. No nos engañemos, vamos a destruir completamente el poder de Japón para hacer la guerra. […]
Dichas declaraciones son en sí misma una manifestación de soberbia, sobretodo, partiendo del contexto en el que se desarrolló.
La soberbia que hundió al Titanic
El 14 de abril de 1912, zarpaba del muelle de Southampton, Inglaterra, el “Crucero más grandioso, rápido, moderno, lujoso y seguro del planeta. Su destino: Nueva York”. Así reseñaron innumerables medios de la época, al magnífico y lujoso trasatlántico que representaba también la imponencia y orgullo del espíritu británico.
Poco más de 1100 puestos en botes salvavidas estaban dispuestos para evacuar más de 3000 personas, entre pasajeros y tripulante que abordaban el barco. Expertos señalan que esto fue así por diversas razones, la principal, no esperaban tener que evacuar en su primer viaje.
Otros señalan que la razón respondía a motivos netamente comerciales. Después de todo, el lugar que disponían fue mejor aprovechado para ofrecer mayores lujos y comodidades a los exigentes pasajeros.
Finalmente, pasada las 2 de la madrugada del 15 de abril, las aguas del atlántico se tragaban por completo al majestuoso titán de los mares. Partido en dos iniciaba, su descenso al fondo del mar y con él todo el lujo y sus formidables y modernos equipos.
Con ello también se hundía la osadía humana de desafiar a la naturaleza hasta perderle el respeto. Así el “insumergible” de acero fue superado por el atlántico en fuerza y rapidez.
Se reúnen muchos ejemplos de soberbia en este hecho, al no advertir el peligro, ignorar la fuerza de la naturaleza y creer que el hombre puede desafiarla. Esto les costó la vida a más de 1.500 personas.
Ejemplos de soberbia en la vida cotidiana
Ejemplos de la soberbia humana podemos ver a diario. Sin embargo, la mayoría pasan inadvertidos, justamente porque desconocemos sus rasgos característicos o porque tendemos a restar importancia a estos comportamientos.
- En un acto de grado, el graduando ignora a uno de los miembros del Comité de entrega de títulos, porque guarda viejas rencillas con él.
- El cantante desprecia a sus fans cuando las cámaras de los medios no están presentes.
- El político se limpia la mano y la mejilla luego de saludar a una señora de bajos recursos.
- El estudiante que se niega a trabajar en grupo por considerar que sus compañeros no están a su mismo nivel académico.
- La señora que pisa por donde la señora de servicio está limpiando.
- El jefe déspota que trata a sus empleados como esclavos y asegura que el éxito de la compañía solo se debe a él.
- La persona que solo habla de sí mismo en una reunión, repitiendo una y otra vez sus logros.
- El futbolista que intenta hacer solo una jugada aunque pierda la oportunidad de anotar.
- El político que termina una rueda de prensa o se niega a responder aquello que le incomoda.
- La mujer que tras perder un certamen de belleza asegura que el jurado fue extorsionado para favorecer a otras.
La soberbia desde una percepción cotidiana
Para tener una mayor comprensión sobre el alcance de la soberbia, es necesario verla desde una perspectiva más cercana a nuestra realidad cotidiana. Ello nos obliga a ahondar en su significado y rasgos más resaltantes.
Podemos decir a grandes rasgos que la soberbia es entonces un sentimiento negativo basado en la excesiva idolatría hacia sí mismo. Este sentimiento de sobrevaloración lo lleva a convencerse de poseer un nivel de superioridad ante sus semejantes.
Tal convencimiento lo induce también a creer que sus atributos y cualidades no pueden ser emulados por otros. Así, termina menospreciando a todo aquel que considera inferior a su propia superioridad.
Ahora bien, un punto controvertido sobre este tema es justamente la forma como se manifiesta este rasgo de la personalidad humana. Por una parte, tenemos a individuos soberbios y por la otra, actos de altanería, siendo los últimos, los más comunes e inadvertidos.
Rasgos más relevantes de una persona soberbia
A continuación te mostramos los rasgos más resaltantes de una personalidad soberbia.
- Su alto nivel de autovaloración los lleva a manifestar una marcada actitud de superioridad frente a sus semejantes.
- Su sentido de superioridad debe ser reforzado a través de la admiración y el reconocimiento de quienes le rodean. Este sentido también anula su capacidad de empatía, hacia quienes siempre considerará como inferiores e indignos de importancia y atención.
- Este sentido de superioridad se acompaña del convencimiento absoluto de que la razón siempre le asiste. Por lo que, en aras de imponer su criterio, ignora o minimiza aquellos que se le oponen.
- Su capacidad de autocritica o de rectificación es nulo y, por tanto, se muestra incapaz de reconocer sus errores. Tampoco admite la crítica y por tanto carece de la humildad necesaria para redimirse o excusarse.
- En contraposición a su intolerancia a la crítica, suelen ser excesivamente críticos y despectivos con quienes le rodean
- Posee una fuerte tendencia al egocentrismo, que lo conmina a exaltar sus atributos y habilidades de manera constante.
Si analizamos con detenimiento todos y cada uno de los distintos rasgos en que se manifiesta la soberbia, podremos llegar a una conclusión: es un comportamiento más común de lo que se cree.
La soberbia y su abordaje clínico
Desde la perspectiva clínica, la soberbia constituye un rasgo de la personalidad. Así, la soberbia, la arrogancia y la altanería constituyen rasgos inequívocos de la sobrevaloración del YO. Esta se complementa con una actitud de menosprecio hacia sus semejantes, a quienes considera inferiores.
Este comportamiento que ya hemos descrito y caracterizado con anterioridad se encuadra en lo que el campo de la psicología ha denominado como trastorno narcisista de la personalidad.
Por tanto, es bajo esta patología clínica que la soberbia podrá ser tratada.
Origen de esta patología
Las causas no se conocen con certeza. Sin embargo, algunas teorías de la psicología moderna apuntan a que todos estos atributos negativos de la personalidad, tienen un origen común.
Dicho origen, se manifiesta en las carencias e inseguridades de las personas que buscan mimetizarlas, mostrando características completamente opuestas.
Es decir, conforme a estas teorías, la soberbia surge como un mecanismo de defensa. Sea consciente o inconsciente, lo utilizan las personas inseguras o de baja autoestima, que buscan proyectar una imagen contraria.
Hasta acá hemos abordado no solo el alcance de la soberbia como patología clínica que amerita atención especial. También te hemos ofrecido una serie de ejemplos de la soberbia humana que han marcado un hito en la historia desde el propio origen de los tiempos.
La soberbia manifiesta como un rasgo de la personalidad hasta simples actos que en sí mismos encierran una gran dosis de soberbia.