Ejemplos De Apóstrofes
El apóstrofe es una figura literaria que se utiliza en poesía y en prosa para dirigirse a una persona o cosa ausente o personificada como si estuviera presente y pudiera responder.
El apóstrofe a menudo se utiliza para expresar emociones fuertes como la tristeza, la alegría, la ira o la admiración. Puede ser una forma efectiva de involucrar al lector en un texto y hacer que sienta una conexión emocional con el tema.
- Por ejemplo, en la obra literaria «Oh Capitán, mi Capitán« de Walt Whitman, el poeta utiliza el apóstrofe para dirigirse al capitán ausente, Abraham Lincoln, y expresar su dolor por su muerte. En este caso, el apóstrofe se utiliza para crear una conexión emocional entre el poeta y el lector.
El apóstrofe literario no debe confundirse con el uso de apóstrofos como signos de puntuación en la escritura común. Ambos comparten el mismo símbolo, pero tienen significados y funciones diferentes.
Características del apóstrofe
El apóstrofe está caracterizado por los siguientes aspectos:
- El contenido del mensaje se efectúa ilustrando pasión y fuerza.
- Este recurso literario está dirigido a un amplio público, y se debe a que el receptor a veces pueda existir y en ocasiones no. Además, en ocasiones este receptor puede ser una persona, ente abstracto, un animal, incluso hasta un objeto.
- Esta figura literaria persigue la vinculación entre el público y el emisor, tratando de hallar una cercanía entre ambos. Esta vinculación dependerá de la fuerza la pasión con la que se narre el discurso.
- La figura retórica es conforme al lenguaje escrito y al hablado.
- Esta figura literaria como lo es el apóstrofe con frecuencia podemos notarlos dentro de las poesías e incluso entre las narrativas. Frecuentemente están utilizadas en los discursos políticos, alocuciones, parlamentos, monólogos, oraciones y suplicas.
- Esta figura retórica constantemente produce un giro o un cambio dentro de la emisión de lo que resta el discurso. Este giro está originado por la intención de llamar o despertar la atención de la audiencia presente, sin perder la esencia del mensaje.
Ejemplos de apóstrofe
¡Oh virtuosa, magnífica guerra! En ti las querellas volverse debían, en ti los nuestros muriendo vivían por gloria en los cielos y fama en la tierra, en ti la lanza cruel nunca yerran ni teme la sangre verter de parientes; revoca concordes a ti nuestras gentes de tales quistiones y tanta desferra.
¡Oh noche que guiaste! ¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste! ¡Amado con amada, amada en el Amado transformada! ¡Oh hija mía, hija de mis entrañas, tú que has salido del fondo de las más hermosas ganas espero tu pronto regreso y tu anhelo de mirada!
Nube que teñiste de negro, nube que llegaste sin avisar, descarga ya tu ira que pronto debo comenzar.
Goza cuello, cabello, labio y frente. Antes que lo que fue en tu edad dorada oro, lirio, clavel cristal luciente, no solo en plata o viola troncada se vuelva, más tú y ello juntamente en tierra, en humo…
Después, ¡oh flor de Histeria!, llorabas y reías; tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo; tus risas, tus fragancias, tus quejas eran mías.
¡Oh dulces prendas por mí, mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería, juntas estáis en la memoria mía y con ella en mi muerte conjurada!
Tú, infinito cielo ¿cuándo será el día que me muestres tus misterios?
Olas gigantes que os rompéis bramando… ¡Llevadme con vosotras! Ráfagas de huracán que arrebatáis… ¡Llevadme con vosotras! Nubes de tempestad que rompe el rayo… ¡Llevadme con vosotras!…
¡Oh tristes nubes oscuras, que tan recias camináis, sacadme de estas tristuras y llevadme a las honduras del mar a donde vais!
Ven, noche gentil, noche tierna y sombría dame a mi Romeo y, cuando yo muera, córtalo en mil estrellas menudas: lucirá tan hermoso el firmamento que el mundo, enamorado de la noche, dejará de adorar al sol hiriente.
Y se quitó la túnica, y apareció desnuda toda… ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre!
Y cuando será el día que me muestres tu amor dulce amada mía.
Si tú quisieras mi amada mañana me casaría contigo, hasta el fin del mundo y al otro lado llegaría.
¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice! Apurar, cielos, pretendo ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo.
Piececitos de niño, Azulosos de frío, ¡Cómo os ven y no os cubren, Dios mío!
Estos ejemplos de apóstrofes, te ayudarán en gran manera a darle más emoción a tus discursos. Permitiéndote así, captar en efectivamente la atención de un público presente. Además, te aclamará un discurso político, narrativa, poesía o mensaje más interesante y con mucha atención.